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Archivo de la categoría: Entretenimiento

Debate KUMITE vs KATA. RADIO KO

Debate KUMITE vs KATA. RADIO KO
 

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Entrevista en Radio KO

Entrevista en Radio KO

Ha comenzado recientemente un nuevo proyecto audiovisual dirigido por Sensei Raúl García Romero (Just Warriors) y Senpai Marc Vela (Tu dojo de Karate).

Radio KO (Radio Karate On Line) surge para dar voz a la comunidad del Kyokushin.

Estos son los vídeos de la promoción y entrevista que me realizaron.

Muchas gracias. Osu!

 

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Ikigai 2: Afrontando etapas

Ikigai 2: Afrontando etapas

Hace un tiempo el creador de un nuevo espacio ya dessparecido: Kyokushinlog.com, David Fernández, me pidió que realizara alguna colaboración y me pareció divertida la idea de que él mismo eligiera el tema sobre el que pudiera reflexionar.

Finalmente me escribió para proponerme una segunda parte de uno de mis últimos artículos, “IKIGAI: La razón de ser” para así enlazarlo con esta nueva web, y crear sinergia (concepto que me gusta mucho, por cierto)

https://wp.me/p15Twm-1wq

También me dijo, que deseaba profundizar en un tema incómodo: ¿cómo pueden los artistas marciales afrontar la vejez? Y afortunadamente como no se ha dado el caso aun en mí, no puedo hablar más que por referencias, aunque soy más bien de la opinión que la vejez es una cuestión de actitud y etapas.

Puesto que no quisiera que se pierda esta reflexión, la recupero íntegra para este blog.

Yo tenía 15 años y una gran responsabilidad, ya que me enfrentaba a mi examen de Shodan a la vez que Teresa. Ella tenía unos 70, había comenzado a entrenar Karate con con 59 años y toda mi generación en el dojo crecimos con ese ejemplo de vitalidad.

Siendo una niña, su madre le agarró de la mano y salieron como pudieron de un desastre seguro, dejando a sus espaldas los bombardeos de la guerra en Bilbao. Creo que fue la primera y última vez que esta mujer huyó de algo. Fue joven siempre, quizá ese era su propósito vital; su IKIGAI. Contagiar a la juventud y al mundo de vitalidad, empezando por sus hijos y llegando a todos los que estábamos a su alrededor.

Imágenes previas al bombardeo de Bilbao durante la Guerra Civil española de 1936

Fue mi Senpai.

Entrenó Karate hasta que no pudo más, y todavía siguió un tiempo extra. Hasta cuando se olvidaba de quitarse las zapatillas para entrar al tatami, lo hacía con vitalidad. Cada técnica, cada, flexión, cada charla tras los entrenamientos… siempre dejaba patente ese IKIGAI.

Supongo que a muchos miembros del dojo les pasaría igual que a mí, es seguro que fue muy importante su ejemplo para llegar más alto con las patadas, pegar mas fuerte con los puños, bajar más las posiciones, aunque sólo fuera porque al lado había una mujer de más de 70 años con la vitalidad para hacer lo mismo aunque fuera con su intención.

No hay edad para empezar a entrenar. No hay edad para dejarlo. No se debe pensar en límites personales, sino en potencialidades.

A pesar de ello, es innegable que el Karate debe ser algo vivo, que evoluciona con la misma persona.

Shihan Bobby Lowe, 10° dan, dirigiendo una clase al final de su vida

Una de las dificultades del Karate Kyokushin es que nos cuesta darnos cuenta de que ésto debe ser así, lo cual también tiene su atractivo… ¡Luchar contra el tiempo establecido! Nos hace aferrarnos a nuestra juventud y desarrollar nuestras capacidades físicas más allá de lo convencional.

No obstante, existen varios niveles en el arte del Karate, a esto se le denomina SHIN GI TAI, en referencia al espíritu, técnica y cuerpo. Es normal aprovechar cada etapa de la vida para desarrollar de forma coherente cada elemento.

El Karate evoluciona con la edad y la experiencia de cada practicante

Tal y como So Neishu le dijo al joven Mas Oyama cuando le escribía para motivarle durante su retiro en la montaña “…Forja el hierro cuando todavía está caliente… Entrena tu cuerpo mientras eres jóven…”

También un famoso sacerdote budista, Kensho Furuya, dijo: “Sólo un tonto que ama la práctica puede continuar practicando toda la vida…”

Aunque esta frase tan cómica se puede entroncar en una lógica concreta.

Los antiguos maestros de Budo dividían su enseñanza para toda una vida en lo que se denomina Nyumon: Iniciación o SHODEN, que consiste en un tipo de práctica repetitiva y deportiva, puliendo cada detalle técnico y físico a través de la imitación..

El segundo nivel era CHUDEN (Nivel medio), el practicante realizaba los movimientos de una forma natural, “haciéndolos suyos” e integrando a su técnica conocimientos propios extraídos de fuentes diferentes a su maestro original, y sobre todo de su propia experiencia.

En el tercer nivel, OKUDEN, cuando el estudiante dominaba su cuerpo y su mente, pasaba a aprender técnicas que no requerían siempre de un gran desgaste físico, como el Kyusho (puntos vitales), técnicas de reanimación o técnicas de trabajo interno. Ésto hacía trascender al estudiante a una ruptura/integración de nuevas formas personales, sin que se desvirtuara la base de la escuela, por eso el nivel Okuden se enseñaba en privado, en ocasiones en pequeños templos familiares.

Tras ello, el estudiante estaba preparado para su Menkyo Kaiden (diploma superior) en algunas artes marciales, y en otras para desarrollar estilos propios.

A este método de enseñanza vital se le identifica como SHUHARI, Donde SHU quiere decir repetir, HA es integrar y RI trascender y trasgredir.

Normalmente los métodos enseñados hoy en día se suelen quedar en el primer nivel, y con suerte a base de repetición, y si el instructor no es egoísta, se llegará al segundo.

Entendiendo esto, es más fácil comprender por qué a muchos competidores se les acaba el Karate cuando se les acaba la competición… ¡Nunca llegaron al tercer nivel!

¿En cuantos años se puede llegar a este nivel?

Depende de lo que se invierta en el entrenamiento, según las capacidades físicas y mentales de cada individuo. Depende también del instructor, en definitiva, depende de las situaciones individuales.

Al igual que no todo el mundo que comienza a entrenar Karate podrá llegar a cinturón negro, no todo el mundo llega a ciertos niveles a la misma edad, ni con el mismo entrenamiento. Dependerá de sus capacidades y de su inversión.

Esta afirmación que quizá pueda parecer obvia, es sin embargo un gran trauma para mucha gente que se obsesiona con el grado de los demás, aunque la realidad esté en la propia filosofía del arte marcial: Karate es un arte y una filosofía, puesto que cada individuo tiene una personalidad diferente, esto se verá reflejado en su propia interpretación…

Sin embargo el grado en sí no es un IKIGAI adecuado, es decir, un propósito vital para la persona, ya que no integra nada para los demás. En este caso, un Ikigai adecuado es llegar a la maestría en el arte, ya que ser instructor implica hacer algo por los demás.

En las “leyes del Ikigai” se contemplan esferas personales que se relacionan entre sí: Lo que amas, en lo que eres bueno, por lo que puedes obtener beneficio y lo que necesita el mundo. Estas esferas se relacionan creando espacios de PASIÓN, PROFESIÓN, MISIÓN y VOCACIÓN, que a su vez son irradiados por el IKIGAI o propósito personal.

Ikigai

Supongamos que mi IKIGAI es ser 5º dan de Karate Kyokushin y analicemos esta relación.

Desde luego, de forma individual, si lo consigo estaré muy satisfecho de lucir mis cinco franjas doradas en el cinturón… pero ¿se puede considerar ésto una misión? ¿Puede ser una vocación vital tener un cinturón lleno de franjas doradas?

Seguramente si has superado todos los años de entrenamiento con las duras pruebas por las que se caracteriza el Kyokushin Karate, es innegable que eres bueno en lo que haces… ¡Pero! ¿Necesita el mundo un individuo con cinco o diez franjas en el cinto?

Realmente es prescindible.

Lo que el mundo necesita son MAESTROS, personas que puedan ayudar e inspirar a los demás. El mundo necesita ejemplos positivos.

Ahora supongamos que mi IKIGAI -sigo hablando del Propósito Vital que usan los japoneses para ser felices y vivir más- Digo que supongamos que mi IKIGAI es LLEGAR A SER MAESTRO DE KYOKUSHIN:

Las esferas de “lo que amas” y “en lo que eres bueno” se siguen manteniendo, además siendo instructor de karate se pueden obtener beneficios (en este punto, personalmente difiero en que deban ser siempre beneficios económicos, ya que hay muchos otros) y personalmente creo que el Mundo necesita instructores de Kyokushin Karate.

Ser 5º dan, en sí no aporta absolutamente nada a un “Ikigai completo”, ser Shihan es un buen motivo si realmente uno se esfuerza cada día por llegar a serlo y mantenerlo.

Creo que a mi Senpai Teresa le importaba bastante poco su cinturón… Creo que cualquier otro cinturón también… Ella era feliz por la propia práctica, por seguir siempre en marcha, manteniéndose activa y joven con 80 años. Ella respetaba mucho el conocimiento, pero cuando por tus ojos de niña han pasado el horror de una guerra y una vida entera de lucha, supongo que pasas bastante de los galones, pero no de los propósitos vitales.

OSU!

 

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El desmitificador 2ª parte. Los grados 10/10

El desmitificador 2ª parte. Los grados 10/10

A raíz de la masificación de las artes marciales, de su descontrol y de las falsificaciones de los grados «dan» se han creado malentendidos y falsos mitos tanto en contra, como a favor de un sistema que debiera guiarse, según las diferentes escuelas, por unos patrones clarificados previamente en cuanto a su uso y concesión, y que de hecho, en la mayoría de las grandes escuelas, han sido ideados por sus fundadores.

Algunas de las tradiciones respecto al sistema «Dan» corresponden a la tradición marcial y a la costumbre, y otras a cuestiones de tipo político y económico. Sin embargo, no todos los estilos, ni todas las federaciones de estilos marciales, poseen los mismos parámetros para otorgar y usar estos grados, ni sus niveles son comparables entre sí.

A continuación cuestionaré y desmitificaré 10 enunciados en referencia a los grados.

1.- ¿EL CINTURÓN SÓLO SIRVE PARA SUJETARSE LOS PANTALONES?

En la película Karate Kid, Daniel Larusso le pregunta a su mentor el Sr. Miyagi por el grado de su cinturón, y éste le indica que en el cinturón no radica el Karate, y que sólo sirve para sujetarse el pantalón. En otra escena de la película, Miyagi debe robar un cinturón negro para que su estudiante pueda participar en un campeonato.

A pesar de la gran promoción que hizo la película Karate Kid en los años 80, hubo frases que hicieron daño al arte marcial.

No es cierto que los cinturones no sirvan para nada. De hecho, si tantos sistemas se acogieron al sistema Kyu/ Dan de Jigoro Kano, fue porque era y es, una forma eficiente de sistematizar la enseñanza y el nivel de conocimiento de practicantes e instructores.

Este sistema de nivel de maestría en un arte, viene a su vez del juego del Go, donde los practicantes son catalogados según su destreza y conocimiento de estrategias.

Enunciar que el cinturón sólo sirve para sujetarse el pantalón es falso, y no solo porque en artes marciales los cinturones no suelen sujetar ningún pantalón.

Gracias al sistema de grados, podemos dividir la clase en nivel de conocimiento, para que cada uno pueda ir progresando teniendo en cuenta sus habilidades adquiridas, y no sus aptitudes físicas, ya que estas pueden variar dependiendo de cada individuo.

En artes como Kyokushin, por norma general, el programa de grados físico-técnico acaba con el 4º dan, y a partir de entonces se comienzan a valorar otras aptitudes del practicante relacionadas con la maestría en el arte.

Y esto nos lleva a la segunda reflexión.

2.- ¿A PARTIR DEL 5º DAN TODOS LOS GRADOS SON POLÍTICA?

En Kyokushin, a diferencia de otros estilos, cada dan se marca con una franja dorada, en cada ocasión se debe cambiar el cinturón, y desgastarlo nuevamente como el primero.

No pretendo decir que no haya grupos que concedan los grados en base a cuestiones políticas, ya que incluso hay quien en sus grupos reserva ciertos grados para representantes nacionales o internacionales, sin embargo, no es ese el objetivo general del los grados «dan» de este nivel, sino que el ascenso está diseñado en base a las habilidades adquiridas en cuanto a control personal y capacidad de análisis y observación, que conduzcan hacia la reflexión y a la comprensión de lo que uno hace y de lo que realizan también los demás.

A medida que se avanza en estos grados, se tendrá en cuenta la capacidad de motivar a los demás y no caer en el desanimo personal. Se potenciará la tradición marcial de la escuela y la capacidad de aplicar la sabiduría ganada a través de los años, llegando, en los últimos grados a un gran desarrollo espiritual, y a ser capaz de conservar el arte, desarrollando a su vez una propia versión del mismo.

Todos estos puntos, están definidos y se pueden observar en los auténticos grandes maestros.

Puede leer más en mi artículo sobre la filosofía de los grados kyu/dan:

https://kyokushin-sipr.webnode.es/kwf/progresion-kyu-dan-/

3.- ¿EL CINTO NO TE PROTEGERÁ DE UN ATAQUE?

En la película sobre la vida de Mas Oyama, Karate Bullfighter, el actor Sonny Chiba, usa una cuerda a modo de cinturón.

Por supuesto un cinturón no defenderá a su portador. Serán las capacidades físico técnicas adquiridas hasta llegar al grado, las que protegerán al practicante.

Incluso puede que un practicante pierda con el tiempo sus capacidades atléticas, lo que le impedirá vencer en un combate, por lo que deberá haber adquirido estrategias para evitar el combate, y medios para formar a los demás en las técnicas, tácticas y estrategias del arte.

En este punto, la cuestión que se pueda plantear el lector, es que si esto es así, ¿por qué en las competiciones deportivas no gana siempre el que mas grado tiene?, lo que se responde en el siguiente enunciado.

4.- KARATE NO ES UN DEPORTE, ¿LOS GRADOS RESPONDEN AL NIVEL MARCIAL Y NO DEPORTIVO?

Sosai Oyama, aunque reconocía que siendo mayor no tenía la fuerza y las capacidades físicas extraordinarias de su juventud, había adquirido otras habilidades que le permitían afrontar combates contra gente más joven.

Está claro que la experiencia es determinante en la formación de cualquier luchador, sin embargo los sistemas deportivos están sometidos a reglas, y gana el que mejor se adapte a ellas.

Un artista marcial experimentado, además de estar entrenado en sistemas de combate marciales, y en muchas ocasiones, también deportivos, sabrá reconocer, por este mismo hecho, sus capacidades y limitaciones.

Será capaz de evitar el combate o en sus caso llegar a estrategias de confrontación que le sean favorables, creando una desigualdad entre él y sus oponentes, que le otorgue cualquier tipo de ventaja que pueda usar en su defensa.

Un buen artista marcial evitará exponerse a una derrota segura contra oponentes con los que se encuentre en desventaja.

Las reglas deportivas limitan las posibles estrategias que le darán ventaja, como huir, usar un arma, o atacar a puntos especialmente sensibles como los genitales, ojos, garganta, etc. que por su especial naturaleza están prohibidos en todos los sistemas deportivos.

5.- ¿UN CINTURÓN NEGRO ES UN EXPERTO?

El mundo del entretenimiento ha dado una visión desvirtuada del valor del cinturón negro.

Es un error frecuente pensar que se llega a la maestría con el cinturón negro (1er dan)

En la tradición marcial, el shodan, o primer nivel de cinturón negro, es un estudiante aceptado, que ya ha asimilado las bases del estilo para adentrarse en sus misterios, normalmente revelados con la práctica, más que con el aprendizaje de otras técnicas secretas.

Se identifica el cinturón negro como un nuevo cinturón blanco. Por supuesto, en base a su experiencia, tendrá una ventaja frente al que es profano, o tiene menos entrenamiento. Pero es con el shodan cuando deberá realmente comenzar a entrenar de verdad si quiere seguir progresando, para ello existen los siguientes niveles, en los que además de aprender nuevas formas, técnicas y estrategias, y desarrollar las anteriores, deberá formarse como instructor, y es que un karateka está en continua formación y aprendizaje toda la vida.

No es necesario que se posponga demasiado en el tiempo el acceso al cinturón negro. Si el estudiante ha adquirido las técnicas, habilidades y aptitudes recomendables en los niveles Kyu, el cinturón negro es un paso obligado para que comience su verdadero aprendizaje, incluyendo en él, la responsabilidad hacia los nuevos estudiantes que se están iniciando.

6.- ¿1.000 DÍAS PARA UN PRINCIPIANTE, 10.000 DÍAS PARA UN MAESTRO?

En la película Kuro Obi, los protagonistas se debaten por saber quién será el merecedor del cinturón de su maestro, propio del líder de la escuela.

Esta frase, extraída de la filosofía de Miyamoto Musashi, marca la tradición en cuanto al afianzamiento de la práctica marcial en el conocimiento.

Se considera que después de mil días de práctica, un estudiante normal podrá comprender las bases de un estilo y ser aceptado para adentrarse en los verdaderos misterios de su técnica, que se afianzarán después de diez mil días de estudio y práctica marcial.

No obstante, el entrenamiento y estudio debe ser constante, ya que el estancamiento conduce al abandono. Por lo que esta frase sólo será verdadera si el practicante consolida y manifiesta su espíritu de eterno aprendiz (Shoshin).

Se sabe cuándo se empieza y cuándo se abandona, pero la progresión no tiene fin, y de hecho evoluciona con la propia e inevitable transformación del cuerpo y de la mente.

A pesar de la estructuración temporal de la práctica marcial, obviamente, no todas las personas tenemos las mismas capacidades físicas y mentales, por lo que hay ciertos grados a los que será más complejo o imposible acceder para algunas personas, y opuesto a ello, habrá personas que logren, de forma excepcional, llegar a ciertos niveles de manera más precoz que el resto.

7.- ¿TODO EL MUNDO PUEDE PRACTICAR ARTES MARCIALES?

Las habilidades de los personajes de la serie Kobra Kai mejoran con el tiempo, a pesar de haber abandonado su entrenamiento, incluso por largo tiempo o haber entrenado por un breve periodo.
No es así como esto funciona.

Desde luego, las artes marciales son aptas para cualquier persona, pero llegar a ciertas cotas de excelencia está reservado solo para aquellas personas que estén dispuestas a hacer muchos sacrificios físicos y personales.

En este aspecto no debe desmotivarse si encuentra su tope, a pesar de su esfuerzo, en un grado u otro, ya que lo importante es disfrutar de la práctica y desarrollar al máximo las capacidades físico mentales y espirituales del practicante. Sin embargo existen barreras que en un cierto momento nos limitarán a todos. Algunos las encontrarán en el primer dan, o el segundo, y otros tal vez en el quinto, o el sexto… No se trata de una carrera por llegar al 10º dan. No es un camino que haya que completar. Es una vía de desarrollo y esfuerzo vital.

8.- ¿EL GRADO DEBERÍA IR LIGADO A LA MAESTRÍA?

Kaicho Bernard Creton, 10º dan, anticipando de ushiro mawashi geri, durante un entrenamiento de combate

Es de la única forma en que se puede considerar aceptable un grado determinado. Los grados políticos, pueden responder a un nivel de tipo honorífico, en cuanto a que supone una promoción del arte, y esto le puede dar fuerza a una organización deportiva, como ente. Sin embargo, un grado puramente político, nunca puede ser equiparable a un grado marcial.

Incluso hay opiniones de que ciertos grados de tipo honorífico o político, no deberían llevar asociado una titulación de maestría, como por ejemplo el título de «Shihan» (experto).

9º ¿El 10º dan está reservado para el fundador del estilo?

Makoto Nakamura se auto proclamó 11º dan de Kyokushin, al crear su propia federación.

Este hecho se da tan sólo en algunos estilos o escuelas.

Por ejemplo, en Taekwondo se considera que el 10º dan es la perfección, y puesto que la perfección no existe, no hay posibilidad de acceder al 10º dan, sin embargo, esto no es aplicable a otros sistemas como la mayoría de estilos de Karate o el Judo.

En otros sistemas, como BJJ se reserva para unos cuantos pioneros, y en otros es exclusivo para el fundador.

En Kyokushin no existe, en origen, ninguna restricción.

De hecho el primer sistema de grados de Judo, contemplaba 15º danes. Jigoro Kano tan sólo concedió hasta 10º, y él fue reconocido como 11º, por lo que todos los demás sistemas posteriores limitaron la graduación hasta 10º, incluyendo Kyokushin.

A pesar de ello ha habido maestros de Karate y Judo a los que se les ha otorgado, de forma honorífica, el 11º dan, como Jon Bluming y Makoto Nakamura.

Jon Bluming nunca usó esta distinción, que obtuvo poco antes de morir, y Makoto Nakamura fue objeto de muchas críticas por presentarse ante el mundo con este grado, en base a que fue el único, en vida de Sosai que logró ganar el Open Mundial en dos ocasiones…

En la actualidad surgen en la comunidad marcial muchos practicantes bajo sospecha, ya que las artes marciales y ni tan siquiera los estilos más extendidos, se encuentran unidos bajo una línea oficial que regule estos grados. Afortunadamente, no es demasiado complejo ver quién es un maestro fraudulento, y quién no lo es, ya que la propia práctica personal, y la de sus estudiantes, suele definir la maestría y la falsedad.

10º ¿LOS GRADOS SON PARA UNO MISMO O PARA LOS DEMÁS?

El youtuber Master Ken, parodiando una graduación desproporcionada

Como se ha dicho, por una parte, y de cara a los demás, sirven para sistematizar la enseñanza, y para identificar visualmente a los participantes de una clase, y por otra parte, de cara a un mismo, para no desistir en la perfección personal de nuestro arte y el desarrollo del carácter del practicante.

Los grados son una escalada de perfección personal unida a la práctica y desarrollo físico mental y espiritual.

En este enlace puede leer mi artículo sobre los grados 10º dan.

 

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Karate millennial o el fracaso de no saber dónde estás

Karate millennial o el fracaso de no saber dónde estás

Quizá está reflexión sea producto de un pensamiento propio de mi generación, no obstante, siguiendo la historia de las Artes Marciales, y fijando como hilo conductor la creación de fórmulas eficaces y adaptables a la personalidad y capacidades de cada maestro, no saber dónde está cada uno y sobre todo, hacia dónde debemos orientar nuestro desarrollo, es un reflejo de estancamiento y desorientación.

En otros artículos he reflexionado sobre la diferencia entre “tradicionalista” y “tradicional”, y también sobre el concepto de Shuhari, por lo que no los volveré a explicar (que para eso están los otros artículos y Google)

Por cierto, la razón de estas referencias generacionales y mi actitud, tan solo son un guiño poético hacia quienes copian mis artículos y se los apropian, además de servir como aplauso a una actitud generacional.

Si exploramos y analizamos el pensamiento de los grandes personajes que han configurado la historia del Karate, estamos refiriéndonos casi siempre a innovadores, que sin embargo han respetado ciertas tradiciones, dándoles diferentes sentidos (marciales, filosóficos, conductuales, rituales, prácticos…) y entre ellos, apilándose como la argamasa que conforma una estructura, están los practicantes (seguidores, o como decimos hoy “followers”)

Aquel que rompe la nueva línea, se convierte en hereje para la masa “follower”, acusándole de acabar con una tradición, que ciertamente suele ser siempre una construcción reciente, normalmente de no más de cincuenta años (quizá dos, o a lo sumo, tres generaciones)

El motivo es que las Artes Marciales, con su misticismo, y su exotismo oriental, se revisten de un misterio propio de su enseñanza codificada, en base a gurús del conocimiento; que son los maestros, poseedores, teóricamente, de los conocimientos secretos más avanzados.

Esta ruptura en base a un deseo de reorientación marcial, ha ocurrido en muchas ocasiones, por supuesto, en cambio, en otras ocasiones, la ruptura se ha debido a razones socio- económicas y personales- Pero hoy hago referencia a las otras, en las que afortunadamente, se debe al deseo de evolución del estudiante; convertido en maestro, que ha cumplido su proceso SHU HA RI y considera, en base a su experiencia, que sabiendo de dónde viene, dónde está y hacia dónde quiere ir, debe completar su desarrollo, hacer su maleta y fundar una nueva versión de su arte, que inspirado y apoyado en los conocimientos anteriores, es algo completamente nuevo y personal, producto de una lógica evolución del entendimiento marcial.

Este proceso tiene lugar gracias a la permeabilidad de la información en el entrenamiento y la capacidad de conectarse a otros métodos. Es decir, un maestro tiene un estudiante, que a su vez, tiene unas experiencias marciales reales propias, quizá diferentes de las de su instructor, que le aportan algo a su bagaje técnico y filosófico.

Este estudiante tiene dos opciones, continuar de por vida en una situación de encajonamiento de sus practicas marciales y mantener un estilo tradicional, por lo tanto inmutable y sin adaptación a nuevos retos o tendencias, o combinarlas, trasvasando informaciones complementarias para crear un estilo personal.

No se trata tampoco de abandonar una práctica, e ir saltando de una a otra olvidando lo anterior, ya que aunque el espíritu deba ser el de un nuevo comienzo, cada vez que se afronta una actividad diferente, las capacidades físicas y mentales ya están acondicionadas por el trabajo previo y no se deben obviar, sino adaptarse para construir un arsenal propio de conocimientos, capacidades y experiencias, sirviendo al objetivo de sentirse protagonista de la existencia individual.

Cuando a este nuevo arsenal técnico, lo incluimos dentro de la filosofía anterior, se le llama estilo tradicionalista.

Quizá este punto pueda explicarlo, ya que podría caer en ciertas contradicciones con algunos pensamientos filosóficos como el Confucionismo, que se basa en el orden social impermeable, y sin embargo está complementado en sociedades como la japonesa, por el Budismo, que prima la auto realización, incluso dentro de una estructura que impida el transvase social.

A continuación describiré ciertos recorridos partiendo de un nexo suficientemente documentado, y que se puede ver con más extensión en mi artículo:

Genealogía del Kyokushin

https://kyokushin-sipr.webnode.es/historia/genealogia-del-kyokushin/

Selecciono para ello a la figura más icónica, clave y hasta controvertida de las artes marciales del siglo XX, que es Masutatsu Oyama.

Considero que Oyama es la clave fundamental de conexión de muchas experiencias previas y posteriores, siendo sin duda, el número uno en la jerarquía de maestros fundamentales para la construcción del presente, sin entrar en que este presente sea mejor o peor, sino hablando de un plano de realidad social y pragmatismo. Y paso a justificarlo.

Mas Oyama recoge dos líneas fundamentales del Karate de Okinawa, revisionadas en Japón durante el siglo XX, Shuri Te y Naha Te.

Shuri Te, corresponde a las tradiciones marciales entorno al palacio de Shuri. Es decir a las castas nobles de la antigua sociedad de Okinawa.

Evoluciona con las visiones y aportaciones de los distintos maestros de Okinawa (Azato, Itosu, Matsumura, Sakugawa, Yara, Kushanku…) hasta la refundación de esta línea por Gichin Funakoshi, ya en Japón. Desde el Karate Shotokan de la familia Funakoshi, nos retrotrae a los estilos norteños chinos, relacionados con Shaolin del norte y los estilos derivados, que a su vez recogen elementos de distintas tradiciones marciales del continente asiático.

Naha Te, tiene relación con los estilos energéticos y marciales propios del Sur de China, sobretodo los de la Grulla, que en Okinawa son compilados principalmente por Kanryo Higaonna, quien tras aprender con Aragaki la tradición de Too-de (antiguo nombre del Karate) basada en el estilo Puño del Monje, se entrena en China, y transmite esta tradición a sus discípulos okinawenses, entre los que destaca Choyun Miyagi; patriarca del Goju Ryu, una escuela que se divide entre la versión okinawense, y el Goju Kai japonés encabezado por Gogen Yamaguchi y el maestro coreano So Neishu; principal mentor de Oyama.

Además, Oyama, entrena y se relaciona con muchos otros estilos de Karate okinawense y japonés, recogiendo para su escuela un kata propio de la tercera gran línea del Karate de Okinawa, Tomari Te. Me refiero al Yantsu, como se puede leer en mi artículo “El misterio del kata Yantsu”

El misterio del kata Yantsu

Otras bases fundamentales de la construcción personal de Oyama, fueron:

Judo: que aprendió con Masahiko Kimura, principal referente del llamado Kosen Judo; una derivación deportiva de la creación de Jigoro Kano, muy famosa en la época, en los clubes universitarios. Permitía mayor trabajo de Ne Waza (lucha en el suelo)

A su vez, el Judo se considera una compilación de diversas escuelas de Jiu Jitsu tradicional hasta llegar al Kodokan Jiu Jitsu de Kano, que se refundará como Judo y se desarrollará con figuras como el maestro Mifune (Quien posteriormente entrenará a Jon Bluming)

Aiki Ju Jitsu: Es una derivación de varias escuelas de Ju Jitsu antiguo compiladas a principios de siglo XX por Takeda Sokaku, que dio origen a escuelas modernas como el Aikido o el Hapkido coreano, y cuyo mayor exponente fue Yoshida Kotaro; con quien Oyama aprendió técnicas de Kobudo, Yawara Jutsu (una forma japonesa similar al Karate) y Tai Jitsu (similar al Jiu Jitsu)

A través de esta relación, Oyama se identificó y relacionó con escuelas de Nihon kenpo, que estaban desarrollando en ese momento formas de combate de contacto peno similares al Bogu Kumite okinawense.

Boxeo occidental: Las bases de este deporte europeo con orígenes remotos, basados en los sistemas griegos del Pugilatos y el Pankration, refundadas en el siglo XIX y desarrolladas a lo largo del siglo XX, aportaron a Oyama referencias para las confrontaciones deportivas.

Artes Marciales Coreanas: Oyama, durante su juventud aprendió Chabee, que es una forma antigua de combate similar al Ju Jitsu japonés.

No es de extrañar que el gusto de Oyama por las formas de pateo, estuvieran asociadas a su propia cultura coreana, bien por su entorno infantil, o por las influencias de Yoshikata Funakoshi, quien desarrolló para el Karate japonés las patadas altas, o incluso So Neishu, quien también era coreano.

Muay Thai: La tradición combativa de Tailandia, basada en el arte marcial Thai Boran que es una evolución de sistemas chinos e indios anteriores, influyó en Oyama a la hora de desarrollar sus golpes de pierna, que fueron modificados, respecto a la forma original del Karate japonés, aprendida por Oyama en su juventud.

Taikiken: Es un arte marcial japonés, creado por Konichi Sawai, consejero de Oyama, quien era 5º dan de Judo, a través de su estudio del sistema chino Yi Quan de Wu Shu.

Todas estas tradiciones son integradas por Oyama para crear, en fases crecientes de estudio, una forma de interpretación marcial a la que se denominó Kyokushin y que en su filosofía se inspira en la vida de Miyamoto Musashi, quien era la máxima referencia de Oyama en torno a su concepción de Budo.

Kyokushin es la clave para desarrollos deportivos y marciales posteriores, como por ejemplo el Kickboxing de Kenji Kurosaki, el Kyokushin Budo Kai de Jon Bluming, o los sistemas Sabaki propios de Ashihara y sus sucesores, entre otros.

A través de los nombres clave de Kurosaki y Bluming, principalmente, se combinó el Kyokushin de Oyama con el Muay Thai (por parte de Kurosaki y otros) y el Judo (con la aportación de Bluming), y junto con la línea paralela del denominado Brazilian Jiu Jitsu de la familia Gracie, nacen las actuales MMA, que se han apoderado de la atención del gran público en la actualidad.

Oyama fue capaz de completar su línea Shuhari a través de su estudio y experiencia, de igual forma que Jon Bluming hizo lo propio, muchos les consideraron herejes a la práctica “tradicional”, y sin embargo son claves fundamentales para el desarrollo presente de las artes marciales, llegando a altos niveles de eficiencia marcial y deportiva.

Claramente todas las referencias personales nombradas en este artículo siguieron procesos de Shuhari, para llegar a creaciones propias respetando tradicionalismos y rompiendo tradiciones.

Sin duda, para ello experimentaron fases de aprendizaje, experimentación, comprensión, asimilación, frustración, rechazo, reformulación, ajuste, inclusión, expectativa, iluminación, creación, formulación, divulgación y transmisión, (como mínimo) Creando en todos estos pasos un camino personal hacia una auto realización, que pasa por responderse a las preguntas clásicas “¿Quién soy?, ¿De dónde vengo? ¿A dónde voy?” y por supuesto “¿Dónde estoy”?

Cuestiones como conocer la posición propia en la vida, ya aparecen formuladas en tratados antiguos como el Bubishi, y la mejor comprobación a esta pregunta suele pasar por la experiencia.

Las artes marciales, con todas sus derivaciones, deben obligatoriamente tener un plano de experiencia real, sea cual sea su objetivo (que pueden ser varios) bien sea la realización, la defensa personal, la guerra o el combate deportivo.

Si el objetivo no se consuma de una manera realista, se pierde la esencia de la práctica y se convierte en un ritual anecdótico y muerto.

Reconocer los orígenes y evoluciones de la práctica, dan pistas sobre la identidad y el plano en el que cada uno puede desarrollar su aprendizaje, y con él, llegar a conclusiones sobre la eficiencia de la propia práctica, pues somos el resultado de un largo recorrido en el que surgieron ciertas necesidades para afrontar cuestiones reales.

Este conocimiento nos dará la pista de hasta dónde podemos llegar y qué debemos tener en cuenta en nuestra práctica para un objetivo concreto, y a su vez, saber si nosotros, o nuestra escuela tenemos ciertas carencias que podemos cubrir para resolver problemas contemporáneos a nosotros mismos.

Al ser seres sociales, somos producto de nuestra propia generación, que se establece durante nuestra infancia y juventud en base a la sociedad en que vivimos y a los procesos históricos globales en los que nos vemos inmersos.

En el tiempo comprendido entre la edad en que empezamos a ser conscientes del entorno de una manera abstracta, y la edad plena del comienzo de la edad adulta (entre los 8 y los 20 años aproximadamente) es cuando construimos, como individuos dentro de un grupo, nuestras principales herramientas de entendimiento del mundo y del tiempo en que nos ha tocado vivir. Durante toda nuestra vida tendemos a aplicar a la realidad de nuestro entorno, esta construcción social basada en el pensamiento colectivo, que es la generación de cada uno.

Por todo ello, alguien de mi generación versado en las artes marciales, no debería pensar tanto en integrarse en un estilo nuevo, como en incluirlo en un bagaje marcial más amplio.

La diferencia entre integración e inclusión, es un pensamiento propio del tiempo actual gestado por la generación que ha alumbrado este comienzo del milenio, en el que se aboga por primar la tolerancia hacia agentes externos.

En una experiencia integradora, se supone que un agente externo (sea cual sea) debe asumir una tradición o construcción nueva, con el fin de adaptarse a esa nueva situación física o filosófica, sin embargo, en una experiencia inclusiva, se trata de añadir los conceptos, costumbres, etc. a una situación personal que no desea rechazar lo que uno es en su origen.

El motivo por que me decanto por la inclusión en todas sus facetas, por encima de la integración, es mucho más claro si lo situamos en sus opuestos.

El antónimo de inclusión es exclusión, es decir apartar, mientras que el opuesto de la integración, es la desintegración, que en Castellano tiene una connotación terrible de desaparición.

En nuestra experiencia marcial, tanto como en nuestra situación social, no veo una necesidad de integración si no es deseada, sin embargo, debería existir un derecho de inclusión de cualquier situación, al igual que ocurre con las técnicas marciales.

El inmovilismo lleva al estancamiento, y el estancamiento a la frustración y la pérdida.

Aportar es la base de la evolución social positiva.

Integrar conlleva el riesgo de olvidar otros aportes positivos, mientras que incluir, supone una alianza de fuerzas, energías, estrategias o técnicas que nos permitirán una evolución, situándonos en referencias de localización de nuestro estadio actual, lo que nos permitirá abrir nuevas puertas para el futuro, pudiendo recoger, a su vez, experiencias del pasado.

Por ello considero un fracaso no saber dónde está cada uno… Y más en la época de Google maps 😉

Cuando pienso en una actitud “millennial” trasvasada al mundo del Karate, me es inevitable nombrar la figura de Bernard Creton y su método Karate Jutsu Kai.

Kaicho Bernard Creton no es generacionalmente un «Millenial», pero su escuela, nacida a mediados de los años ochenta, sí lo es.

Se entiende que las características propias de la generación “Millennial” son la auto realización, innovación, emprendimiento, inclusión, capacidad multi tarea, preparación académica, método científico, gran nivel de exigencia en el desempeño y desarrollo tecnológico…

Tras estudiar y conocer personalmente la figura de este maestro y su trayectoria, se pueden entender bien las claves de su Karate, en torno al fin y comienzo del milenio.

El método es áltamente inclusivo de las distintas tendencias que se aúnan en la experiencia de su fundador.

Por una parte, Karate Jutsu Kai, se define como un desarrollo científico del Karate Kyokushin de Mas Oyama, con una aportación exógena procedente del la teoría filosófica – científica coreana del Triorigin, que conforma la explicación del sistema en base a la ciencia.

Por otra parte la escuela hace una revisión del Karate Shotokan anterior a la reforma de Nakayama, y del Goju Ryu de Okinawa, complementando la formación con técnicas de Judo, Kickboxing y Tai Chi Sujok. Además desarrolla un método propio de All Round Fighting, basado en la idea de Jon Bluming.

Esta nueva versión es la gran creación de su fundador, Kaicho Bernard Creton, 10º dan, en base a sus conocimientos y experiencias en todos estos terrenos.

Las aportaciones técnicas a una base de Kyokushin tradicionalista como la mía, que a su vez se complementan con Judo/Ju Jitsu, Kobudo y Qi Gong, fundamentalmente, hacen que al incluir el sistema en un método consolidado, se esté creando a su vez otra línea de trabajo cada vez más extensa, refinada e infinita, ofreciendo una gran variedad de posibilidades de trabajo.

Esta misma inclusión es propia de la tendencia que promovía entres sus estudiantes el propio Masutatsu Oyama.

Analizando a sus distintos discípulos, se llega a la conclusión que bajo una misma línea tradicionalista, abrió un sin fin de soluciones posibles a las diferentes sensibilidades de cada uno.

Por eso hay que entender que Kyokushin es más una forma de entender y de relacionarse con las artes marciales, es decir, una actitud, que un solo conjunto de técnicas.

Al identificarme plenamente como Kyokushin, también estoy adquiriendo un compromiso con su pasado y su desarrollo, ya que el estilo, por si solo, da las claves para ello.

Si tuviera que definir cual es mi arte marcial debería darle muchos nombres y apellidos para concretarlo (Karate Do Kyokushin Jutsu Budo Kai… o algo así) pero lo que me identifica es la forma y la actitud, muy por encima de la técnica de competición, e incluso de las diferentes materias a estudiar.

Esta inclusión en base a la filosofía del Budo, en su amplio espectro, es lo que se intenta albergar en una plataforma marcial como World Independent Budo Kai, un organismo con una tendencia ampliamente inclusiva de métodos relacionados con el Budo. Una agrupación propia del nuevo milenio, que nos invita a saber quiénes somos, de dónde venimos, a dónde vamos y dónde estamos: Budo Millennial.

Linaje WIBK Karate

 

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KYOKUSHIN KARATE ONLINE

KYOKUSHIN KARATE ONLINE

Desde el comienzo de la pandemia, instructores de Kyokushin de todo el mundo nos unimos en varios proyectos para mantener vivo el espíritu del entrenamiento de las artes marciales en nuestros hogares

Desde este canal de You Tube es posible volver a ver esos entrenamientos con algunos de los instructores de mayor prestigio internacional.

https://www.youtube.com/channel/UCxQq6UGxqLEtY_UwEKT_xcg

https://wibks.blogspot.com/2020/05/karate-online.html

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Entrevista a Sosai Oyama

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En el 25º aniversario del fallecimiento de Sosai Oyama, recojo una entrevista que un periodista ruso realizó al fundador de Kyokushin Karate.

Según la web donde ha sido encontrada, es la única entrevista concedida por Masutatsu Oyama a un medio ruso.

Evidencia el alto estadio físico, mental y espiritual al que llegó Sosai Oyama.

FUENTE: Armenian Kyokushin Karate Federation http://www.kyokushin.am/archives/1373 

En la sala de karate Honbu Kyokushin, en uno de los distritos más antiguos de Tokio, se escucha un sonido tridimensional del enorme tambor taiko. Proclama que comienza la formación. Los deportistas se sientan frente a Oyama en posición de seiza, se da el comando «Mockuso Yame». El instructor principal en la sala comienza a entrenarse con un grupo de cinturones negros. Mas Oyama tiene varios cientos de estudiantes, desde principiantes hasta maestros de la clase más alta. El espíritu de lucha de Kyokushin está imbuido en cada ladrillo. Tres veces al día durante tres horas aquí se realizan entrenamientos muy estrictos e intensos, luego meditación, estudio de la historia y la cultura del Karate Kyokushin y, por supuesto, la adoración al maestro Oyama y sus obras, cuyas leyendas están dispersas. por todo el mundo.

Mas Oyama: Sobre mi hay muchos rumores y leyendas. Bueno, muchos de ellos son reales, pero también algunos están pensados ​​y son muy exagerados. La verdad es que luché más de cincuenta veces con toros, y estaba listo para pelear con leones, tigres y osos, pero la Humane Society prohibió las peleas que, en general, son correctas: los animales no pueden ser asesinados, ni siquiera para demostrar fuerza.

Reportero: Se dice que cuando entrenaba en las montañas, durante mucho tiempo no podía romper una piedra enorme con la mano, pero una vez soñó que la piedra se partía, y a la mañana siguiente la partió fácilmente …

O.Masutatsu : (Risas) ¿Sí? ¡Que interesante! No, esto también es una leyenda. La piedra enorme con las manos desnudas no se puede romper, pinché piedras, pero es el resultado de entrenamientos muy duros y no por la ayuda de espíritus. Práctica – y no hay otra manera!

Reportero: Sensei, tiene que viajar mucho alrededor del mundo y conocer a muchos fanáticos, ¿qué poderes sobrehumanos te atribuyen?

O.Masutatsu : Una vez en Estados Unidos, me preguntaron si era verdad que podía atrapar una bala con las manos descubiertas. Bueno, ¡esto es ridículo! (se llena de risa) No soy un Superman o un Batman. Otra cosa, cuando, mediante entrenamientos muy largos y continuos, uno desarrolla sus reflejos y velocidad para poder atrapar o repeler una flecha lanzada desde un arco desde una distancia de 10-15 metros. A veces, mostramos esta técnica en las demostraciones, bueno, para atrapar una bala… Eso es, lo siento,  propio de los personajes de los cómics.

Karate: es el camino a la perfección humana, a la purificación espiritual, pero no es misticismo, es, ante todo, trabajo. Solo rezando y meditando no te convertirás en un maestro. Bueno, esas leyendas nacen de maestros sobrehumanos del karate, son buenas, pero nunca se crecerá empleando sólo las leyendas.

Un hombre nace con las manos vacías y muere con las manos vacías. En karate, las manos vacías son armas, pero aún así es importante usar no sólo la fuerza física y fortaleza. A menudo decimos: «Trátate rígidamente a ti mismo y a los demás con suavidad». A menudo sobre el Karate se dice que es solo una ruptura sin sentido de tablas y ladrillos, esto no es así. La enorme concentración de fuerza de voluntad, sacrificio y autodisciplina, es una definición más correcta.

Bueno, si hablas específicamente sobre nuestra escuela, es de suma importancia que pongamos entrenamiento espiritual. Si descifra este concepto, incluye, en general, cosas banales: respeto por los maestros, por los ancianos, por los padres, la cabeza debe mantenerse baja y los ojos altos, no mienten, no roben, respeten a sus vecinos y, por supuesto, el compromiso físico, casi fanáticamente, carga hasta el punto de agotamiento, hasta los límites de las posibilidades humanas. Sólo a través del dolor, a través de los vencimientos se alcanzan habilidades superiores. Este es el camino con una duración no de un año ni de diez años, porque durante ese tiempo solo comprende la técnica, pero no se comprende a sí mismo. El camino a las alturas de la excelencia es el camino a la vida, y es similar a la subida de la colina: parada significa rodar hacia abajo.

Sé modesto, no enfatices demasiado tus logros, respeta a las personas y serás feliz. OSU!

 

ENTRENAMIENTO FUNCIONAL. Crossfight

ENTRENAMIENTO FUNCIONAL. Crossfight

«SIEMPRE QUE HAY UN ESFUERZO HAY UNA RECOMPENSA»

(Jigoro Kano, Fundador del Judo)

El concepto entrenamiento funcional quiere decir entrenar con un propósito concreto. Aunque el término se ha puesto de moda en los últimos años, realmente existe desde hace mucho tiempo, y se desarrolló a través de la medicina de rehabilitación para tratar diversas lesiones y acondicionar el cuerpo de los pacientes a su rutina habitual, tanto para deportistas de élite, como para los que no lo eran.

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El entrenamiento funcional debe integrar todos los aspectos del movimiento humano, teniendo en cuenta el ejercicio la especialidad para la que se prepara el deportista, o en el caso de alguien que afronta una rehabilitación, su tipo de trabajo habitual (giros, palancas, puntos de apoyo…)

Una de las claves fundamentales del entrenamiento funcional es evitar el entrenamiento articular aislado (o mono-articular) es decir, no se ve como positivo, con este objetivo, entrenar sólo una parte del cuerpo, sino que el entrenamiento en todas las sesiones ha de incluir a todo el cuerpo.

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Cuando se entrena un grupo muscular de forma aislada, el efecto es ganar volumen, pero también sobrecargar una parte del cuerpo sin compensar el resto. La máxima fuerza, no obstante, se obtiene cuando todos los grupos musculares trabajan en coordinación, por lo que el entrenamiento también debe fomentar esta armonía del cuerpo. Por otra parte, entrenar de forma aislada los músculos, puede tener como «sobre coste» un riesgo mayor de lesión de los músculos, tendones y ligamentos.

En este sentido, las artes marciales, trabajadas al modo clásico fomentan el entrenamiento completo del cuerpo, basado en la calistenia, es decir en ejercicios físicos trabajados con el propio cuerpo (auto cargas, tensión-descontracción, saltos y multisaltos, arrancadas, ejercicios de velocidad, velocidad de reacción, coordinación, etc).

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También se trabaja con elementos externos al cuerpo, siempre que cumplan con la filosofía propia del entrenamiento personal: balones medicinales, mancuernas y pesas, pesas rusas, sacos de arena, tablas de equilibrio, cuerdas, gomas, TRX, barras, etc.

Elementos propios del entrenamiento tradicional físico de Okinawa (Hojo Undo), cumplen con este objetivo (ejes de carros, estribos con peso, vasijas, varas con peso…) ya que se mueven en coordinación con posiciones fijas o desplazamientos que tienen en cuenta los principios propios del arte del Karate de desarrollo muscular.

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Las claves del entrenamiento funcional, tanto para la rehabilitación, como para el entrenamiento de un deportista deben ser: EFICACIA, EFICIENCIA y SEGURIDAD.

Teniendo en cuenta que la eficacia quiere decir que se cumplan objetivos, eficiencia supone que se obtenga buen resultado teniendo en cuenta el tiempo programado invertido, y la seguridad supone que no se produzca lesión o un retroceso en la recuperación, en el caso de que estemos hablando de una recuperación.

CROSSFIGHT

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Este tipo de especialidad dentro del entrenamiento funcional, es un sistema de circuitos basados en el entrenamiento funcional y las Artes Marciales como objetivo específico.

Se trata de potenciar las habilidades de los deportistas a través de ejercicios calisténicos, desarrollados siempre desde el propio cuerpo y habilidad del deportista.

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En ocasiones se puede usar para la rehabilitación de ciertas lesiones, pero normalmente es parte del programa específico de entrenamiento de los karatekas del SIPR DOJO, quienes se entrenan en este sistema dos días a la semana en las instalaciones del dojo LUDUS-CROSSFIGHT

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Los métodos de entrenamiento tienen su originalidad frente a otros tipos de entrenamiento funcional, en que se tienen en cuenta los avances del entrenamiento calisténico (crossfit, tábata, work out…) con ejercicios tradicionales de las Artes Marciales y los Deportes de Contacto (Karate, Judo, Wu Shu, Boxeo, Kickboxing, Ju Jitsu, ALC) pero también de otros deportes como la Gimnasia Deportiva, Rugby, Fitness o Natación.

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Desde este punto de vista, nuestros practicantes desarrollan diferentes ejercicios dependiendo de la modalidad que deseen desarrollar, en la actualidad: Karate Full contact, All Round Fighting, Karate Olímpico y Kickboxing. Pero también se contribuye al desarrollo del Karate tradicional y el Kobudo.

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Se trabajan aspectos genéricos adaptables a todos los practicantes, y otros específicos propios de cada modalidad. El hecho de la interdisciplina aporta una visión muy positiva del combate a los practicantes, lo que aporta una ventaja en cuanto a las distintas posibilidades del combate. Además el cruce de modalidades, promueve en el estudiante una gran versatilidad marcial y una apertura mental necesaria en cualquier budoka, teniendo en cuenta de que cada miembro sigue de manera paralela una especialidad concreta.

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MASTER CLASS EN VILLAR DE PLASENCIA

MASTER CLASS EN VILLAR DE PLASENCIA

Me complace anunciar que el próximo día 21 de Agosto impartiré en mi pueblo paterno, Villar de Plasencia (Valle de Ambroz-Cáceres) una Master Class de Karate en el marco de una semana cultural y deportiva como prolegómeno de las fiestas patronales.

Quiero agradecer de antemano su apoyo y confianza al organizador, Don Gabriel Parra, Presidente de la Asociación Deportiva y Cultural Vía de la Plata, por su implicación en la promoción de estas actividades, en un momento en que la provincia sufre un mal momento dentro de su historia reciente debido a los desafortunados incendios en Sierra de Gata, pero hay que continuar avanzando.

Les espero en Villar de Plasencia,

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Villar de Plasencia

Villar de Plasencia

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Vía de la Plata

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Ciudad romana de Cáparra

Ciudad romana de Cáparra

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El desmitificador, 1ª parte

El desmitificador, 1ª parte

Hoy traigo un artículo doloroso para mí, que siempre me he considerado un mitómano, y es por lo que de vez en cuando me veo en la necesidad de bañarme de realidad para continuar con los pies cercanos a la tierra. Hoy presentaré algunos falsos mitos aceptados por todos como verdad…

Lo primero es pedir disculpas, pues los mitos o las leyes establecidas –como lo quieran llamar- nos ayudan a crecer con orientación, e incluso en ocasiones a convertirlos en verdad, no creo que la voluntad del hombre tenga límites, por eso habrá leyendas con las que prefiero no meterme, pero son los otros mitos aceptados, los que nos cargan de trabas y precisamente nos limitan, los que me parecen más fastidiosos.

Hoy sabemos que los heroicos 300 espartanos del rey Leónidas, no eran 300… más bien eran entre 5.000 y 11.200… pero claro, suena mucho mejor hablar de “los 300 espartanos”, que de “los 300 espartanos, 700 tespios, 1.200 arcadios, 80 micenos….etc.” pero claro tenemos que convencernos que un pueblo con voluntad guerrera, puede formar una tropa que prácticamente quepa en un taxi, para, usando la mejor estrategia militar, vencer a un millón de persas –que tampoco eran un millón, se quedaban en unos 250.000… persa arriba, persa abajo- No obstante el trasfondo sigue siendo el mismo, no arruinemos la gran faena.

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Las Artes Marciales, lejos de ser ajenas a los mitos, son precisamente una creación de mitos interminables, cómo no serlo, si la transmisión fue oral durante siglos, con tan sólo algunos manuscritos, en los que por otra parte se exponen técnicas como: la mano del estanque de sangre, o brizna de hierba, etc. El esoterismo siempre ayuda, y los nombres de las técnicas secretas debían ser… secretos, y en ocasiones nada tenían que ver con el propósito, sólo por despistar, claro, ¡eran secretos! Esto entronca con los significados de los nombres de los kata, pero no es esa la dirección de este artículo.

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Desmitificando un poco más… Bruce Lee. Vaya, un mito…

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Durante su reinado en el cine de Artes Marciales se le encumbró a la cúspide del género, y se dio por sentado que era el mejor artista marcial de todos los tiempos –claro, si venció a Chuck Norris…- Pero lo cierto es que  Bruce Lee era un actor.

A ver cómo lo explico sin ofender… John Wayne nunca mató a un indio, ni Sean Connery es una “famoso agente secreto de nombre Bond…” Bruce Lee no obstante, hizo por las Artes Marciales más que ninguno de los maestros “de verdad” en cuanto a su promoción, llenó los gimnasios de todo el mundo y desde su aparición en el cine americano, no ha vuelto a haber una sola escena de acción sin Artes Marciales, además era rápido, fuerte, hábil y tenía mucho swim! pero no se le puede considerar el gran maestro que se le presupone, aunque haya tenido seguidores realmente asombrosos, como Jesse Glober.

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Claro que tenía unas habilidades hasta entonces insólitas, era un excelente experto en fitness, tenía una biblioteca extensísima y envidiable y acceso a los más grandes expertos americanos en distintas artes de combate, pero técnicamente… mírenlo ustedes mismos.

El sr. Lee estudió Wing Chun a penas tres años con el destacado maestro Ip Man, y sin duda si se hubiera dedicado a ello, hubiera sido una gran figura marcial, pero no lo era. Lo que sí fue es un revolucionario a la hora de abrir su mente a la fusión, algo muy americano… algo bastante reformador en las Artes Marciales, si no fuera porque había maestros, como Masutatsu Oyama, que enunció principios similares ¡Una década antes que Bruce Lee!

Realmente no sabía mucho, ortodoxamente… ¡pero no se pierdan ninguna de sus películas!

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En este sentido, hay otro principio aceptado comúnmente, en combate las piernas se utilizan siempre por debajo de la cadera, y se continuaba: pegar con las piernas a la cabeza, es como pegar con los puños a las piernas

A este respecto, recuerdo haber leído una entrevista a un famoso maestro de Taekwondo cuyo nombre no recuerdo ahora. Decía algo como:

Sí, en la calle no son recomendable los pateos altos… no son recomendables a no ser que tenga usted una habilidad especial y un entrenamiento específico de pierna…

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Claro, cuando piensas en un maestro de Taekwondo, ese principio empieza a cuestionarse. Y se sigue cuestionando cuando se ve una competición actual de cualquier sistema de full contact, y vemos terribles noqueos a la cabeza con la pierna…  ya sé que una competición no es la calle, pero si fuera tan fácil empujar a alguien para que se caiga al suelo al tener sólo una pierna apoyada, quizá sería la rutina más habitual en combate, y sin embargo… habrá que tenerlo en consideración, y quizá sea objeto de estudio futuro para alguna tesis: Las patadas altas en defensa personal.

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La segunda premisa decía que pegar con las piernas a la cabeza, era como pegar puñetazos a las piernas… ¿A quién se le ocurre pegar un puñetazo en una pierna? Pues resulta que es una tendencia que ¡se está poniendo de moda en Kyokushin! Y por cierto, duele bastante. Se ejecuta, claro está, en distancia corta, sobre todo a piernas ya castigadas por low kicks, se suele realizar de forma circular y normalmente suele resultar bastante inesperado…

Así que tenemos patadas a la cabeza y puñetazos a las piernas… ¿¡Qué pasa con nuestras creencias!?

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Al final va a resultar que también se van a tener que callar los que dicen que en Kyokushin no hay golpes de puño a la cara… sobre todo cuando vean una clase de Kihon… o un combate de K1… o ¿A caso el K1 no es Kyokushin?

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Alguna cosa más: Nadie ganará un combate desplazándose hacia atrás… Claro, hasta que apreció el australiano Gary O´Neill y más tarde Alejandro Navarro, que fueron capaces de convencer al mundo de una nueva forma de pelear.

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En este mismo orden de cosas: Los árbitros en Kyokushin tienen que estar bien cerca del combate y así poder separarles… o no sé, oler bien a los competidores… Bueno pues en mi experiencia, y teniendo como referencia competidores como los que he nombrado anteriormente… dos pasos más lejos de lo habitual suele ser mejor:  Evitarán ser golpeados por el nuevo tipo de técnicas en giro asociadas a las nuevas estrategias de combate, se apoyarán mejor en los jueces;  que son aquellos señores con banderas que arbitran con usted y que le deberían aportar información, podrá controlar la actitud de los coach; que son aquel último mono que parece que no le importan a nadie, y sin embargo tienen una responsabilidad enorme y su imagen es crucial para la imagen del campeonato, y usted como árbitro, podrá adoptar una posición corporal más digna, en la que su aparato respiratorio esté bien alineado, su visión del combate será mejor al aumentar la perspectiva y podrá actuar rápidamente si se requiriera.

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Siguiendo con las “mentiras” aceptadas, explicaré una más: Tsuki no Kata. ¿A quién no le gusta este potente kata?, cuando se ejecuta uno se siente poderoso, es un kata lineal, con posiciones firmes, potentes… ¡y víctima de la falsa información! En casi todos los listados aparece como un kata Shuri te, ideado por Gichin Funakoshi… seguramente en algún momento oscuro, porque si ustedes hablan con cualquier practicante de Shotokan  o Shotokai… les dirá que no tienen ni idea de eso. Y es que Tsuki no kata es una creación de un maestro de Goju Ryu llamado Seigo Tada, que fue presidente de WUKO, y que fundó su propia línea de Karate.

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Pero, ¿Cómo llega a Kyokushin? Pues haciendo un poco de historia podemos saberlo fácilmente… Oyama hacía Goju Ryu, pero con So Neishu y Yamaguchi… entonces él no fue… qué otros maestros de Kyokushin originales había por allí… ¡Tadashi Nakamura! Fue alumno directo de Seigo Tada, y es curioso, cuando Nakamura abandona IKO, Sosai Oyama retira temporalmente el Tsuki No Kata del programa de entrenamiento de Kyokushinkai –afortunadamente lo reconsidera posteriormente y dado el éxito internacional que había tenido, lo vuelve a instaurar- Por cierto, existe una respuesta a este kata, se trata de un kata de bloqueos complementario.

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Creo que me estoy alargando demasiado en este artículo, así que quizá no tenga espacio suficiente para hablar de la gran, gran mentira de nuestro karate… los danes.

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En la actualidad, normalmente se requieren una serie de años mínimos para la obtención de una nueva graduación. Claro, esto no ha sido siempre así, de hecho, muchos o algunos de los pilares fundamentales de nuestro estilo, pasaban de dan casi cada año…

Normalmente se dice que los grados deben ir unidos a la experiencia y la maestría y en ocasiones se encuentran personas descompensadas… o mucha experiencia y maestría y pocos danes… lo cual no suele preocuparnos demasiado, o el gran problema de nuestra Era: Cuando hay muchos danes y poco de lo otro… buff, ¡cómo molesta!

Por eso mi consejo es que nadie se compare, sobre todo entre distintas federaciones, pues los criterios a la hora de otorgar un dan pueden ser muy variables dependiendo la casa donde se entregan.

También debemos ser realistas, y saber que en ocasiones los danes atienden a razones políticas, a veces a razones sentimentales, a veces a razones económicas –que no tiene por qué ser siempre sinónimo con políticas- y a veces existen las convalidaciones respecto a otras federaciones o estilos… tengan en cuenta, que en la cúspide marcial todos los estilos, escuelas y técnicas se asocian en un solo BUDO… y aparte de estos casos, los cuales suelen responder a una excelencia marcial indiscutible, en otro plano oscuro, están los jetas, los oportunistas, los estafadores y en definitiva, la panda de sinvergüenzas que matarían a su padre por una raya más en el cinturón… pero a esos se les ve según caminan por la calle.

 

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