En las últimas décadas las artes marciales han conseguido superar estigmas del pasado, revelándose como un método extraordinario a nivel educativo.
Educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres (Pitágoras)
Todavía nos encontramos con escépticos en la materia, pero claro, también hay personas que piensan que las pirámides las hicieron los extraterrestres…
Imaginen una escuela donde todos y cada unos de los alumnos tratara con respeto al profesor, donde se esforzaran por conseguir pequeños objetivos, y los demás respetaran estos pequeños logros. Una escuela donde todo el mundo vistiese de uniforme y no hubiera por ello distinciones de carácter socio económicas. Una escuela donde se cultivase por igual mente, cuerpo y espíritu.
Imaginen un lugar donde los alumnos veteranos pasaran a ayudar como instructores junior a los alumnos nóveles, para que de esta manera todos creciesen por igual.
Imaginen una escuela donde hubiera un lenguaje común y universal, compartido por el resto de escuelas del mundo, y que de vez en cuando hubiera campeonatos, reuniones y campamentos donde estas escuelas, en un ambiente de gran deportividad, compitieran entre ellas.
Imaginen una escuela donde se promoviera viajar y conocer otras culturas.
Imaginen una escuela donde se educara en valores, y que estos valores no fueran inculcados desde púlpitos, sino a través del ejemplo y la demostración del virtuosismo de manera natural y asumible.
Imaginen una escuela, de carácter universal regida por el respeto, donde cada saludo al encontrarse a un compañero fuera precedido por una reverencia.
Imaginen una escuela donde se pudiera continuar estudiando por un tiempo ilimitado y cada uno tuviera un lugar y un prestigio basado en su propio esfuerzo. Donde además las enseñanzas siguieran un legado centenario por generaciones…
Imaginen una sociedad donde no hubiera discriminación por sexo, raza, religión o cualquier otra identidad, pues la identidad más deseada sería ser miembro de esa sociedad.
Imaginen un lugar donde se trabaje por igual el empoderamiento personal y la humildad.
Donde se aprenda un método de autodefensa y a la vez se desarrolle una mentalidad pacifista e igualitaria.
Pues bien, esa escuela existe y no se trata de ninguna academia de enseñanza liberal en algún país europeo. Se trata de cualquier club de Artes Marciales a su alcance.
Todas las ciudades del mundo cuentan con alguna academia de Artes Marciales. Si está usted interesado en implicarse en la educación de sus hijos, busque la escuela de artes marciales que mejor le convenga, seguro que cerca de su casa hay alguna, tal vez en el mismo colegio. Será una inversión de futuro a bajo coste.
¿Pero cómo consiguen esto las Artes Marciales?
1.- Respeto
Los instructores de Artes Marciales, son personas que a diferencia de la mayoría de deportistas, han pasado la mayor parte de su vida estudiando un método muy complejo, por lo que han desarrollado un carisma personal y unas habilidades propias de la práctica continuada que les dota por sí mismos de valor académico.
El instructor tendrá un prestigio personal reconocido por sus estudiantes, quienes le dotarán de respeto basado en el cariño y admiración hacia una actividad pragmática de la que se obtienen resultados inmediatos.
Por otra parte los dojos (lugares de práctica) se rigen por normas aceptadas de cortesía que invitan a este ambiente de respeto y dignidad, y estas normas son asumidas por todos sus practicantes desde el primer día.
2.- Metas y Objetivos
Los alumnos irán pasando por distintos retos a lo largo de su vida, todos basados en su propio esfuerzo y en el apoyo de su equipo (logros físicos y técnicos, nuevas habilidades, cinturones, campeonatos, títulos…) Estos retos además irán progresivamente incrementando su dificultad y su profundidad según avance el propio estudiante.
3.-Uniformidad y diferencia.
Los estudiantes adoptan un uniforme y unos logotipos que les asocia a la escuela. Puesto que todos llevan la misma ropa, no existen las diferencias de tipo socio-económico, ni tampoco de género u otras.
La única diferencia se basa en el cinturón, que denota el esfuerzo realizado, por lo que los demás recibirán esta diferencia con admiración hacia su práctica, sabiendo que ellos mismos también podrán llegar al mismo nivel si se esfuerza de igual manera dedicándole el mismo tiempo.
4.- Cuerpo, mente y espíritu.
El entrenamiento físico se acompaña del control de la mente, lo que conduce a una sensación de satisfacción personal que se relaciona con el ámbito espiritual.
Además de la condición física y de las técnicas, se desarrollan estrategias, y se memorizan rutinas, lo que permite que -como han demostrado empíricamente varias universidades- el cerebro de los artistas marciales esté especialmente desarrollado y preparado para la retención de datos, esquematización de información y resolución de problemas.
Además los tiempos dedicados a la meditación hacen profundizar en aspectos intelectuales y espirituales como la consciencia, auto control, empatía, concentración, dedicación y bienestar entre otras.
Por otra parte, la sociabilización y ocupar un lugar social ganado por el propio esfuerzo, contribuye al desarrollo positivo del autoconcepto, que descarga un sentimiento positivo de satisfacción personal, lo cual contribuye a un crecimiento espiritual basado en la idea que produce «sentirse bien»
5.- Método Senpai-Kohai
El método de enseñanza que se apoya en que alumnos senior enseñan a los nóveles, normalmente con el propio ejemplo, promueve el respeto entre los miembros del mismo grupo, basado en el afecto, gratitud y admiración.
Este método promueve la retroalimentación de la enseñanza por parte de los senior, quienes ven sus conocimientos reflejados en otros, y de esta manera se pueden corregir. Por otra parte, los estudiantes nóveles aprenden de ellos los valores de la escuela y se sienten identificados con ellos, al tratarse de una enseñanza más horizontal, asociándose a sus «compañeros de armas».
6.- Cultura universal
Los distintos métodos de Artes Marciales (Karate, Judo, Taekwondo…) utilizan una terminología común, normalmente propia del país de origen del arte, de tal manera que cualquier practicante comprende y puede seguir la clase en cualquier país del mundo.
Además la etiqueta y formas de proceder también son comunes, formando todo ello un única cultura universal.
7.- Asociación
Regularmente las escuelas se unen en federaciones y asociaciones aunando esfuerzos por competir en entre ellas, o formando un mismo equipo en forma de selección.
En un ambiente basado en el respeto y la deportividad, esto contribuye al engrandecimiento personal y al intercambio de ideas.
Además se realizan cursos y convivencias para ahondar en el crecimiento personal y colectivo a través del mero hecho de compartir.
8.- Valores aceptables
Los valores propios de las artes marciales no están reñidos con ninguna filosofía o credo. Se basan en el respeto, el compañerismo, la superación personal y el pacifismo.
Se transmiten mediante la práctica continuada, por lo que se asumen de manera subliminar, sin necesidad de sermones.
9.- Sin fin
No hay edad para empezar ni tampoco para terminar la práctica de las artes marciales. Mas bien, la práctica se adapta al nivel y la forma del practicante. Todo el mundo puede participar, incluyendo personas con deshabilidades o en edades avanzadas.
«handicap is not a handicap»
10.- Sin diferencia
La única diferencia aceptable está en el conocimiento y la experiencia. Y estas personas se esforzarán por impulsar el conocimiento y la experiencia de los demás, entendiendo que nada es más importante que la transmisión.
11.- Empoderamiento y humildad
Estas dos cualidades lejos de ser contrarias, están emparentadas en las artes marciales. El artista marcial aprende a valorarse y valorar a los demás. Entiende que una reputación fidedigna se consigue a través de méritos virtuosos, y que para lograrlos hay que someterse a mucho esfuerzo y sacrificio, y esto no se consigue si no es desde la humildad. Escuchando a los expertos, cayendo una y otra vez al suelo con afán de superarse, aceptando las distintas fases de la vida tal y como son y cuidando a los demás y el entorno.
Sin valor no hay prueba, sin prueba no hay confianza, sin confianza no hay respeto.
12.- Autodefensa y autocontrol
Una vez más son dos conceptos aparentemente separados, que sin embargo, en artes marciales están íntimamente unidos.
Las artes marciales no dejan de ser métodos de combate eficientes, sin embargo los antiguos maestros se ocuparon desde su origen, de que no hubiera un arma sin seguro, por lo que dotaron a sus métodos de combate de filosofías como la Budista, ligadas al amor universal y al desarrollo del autoconcepto, a través del control físico mental y espiritual.
Un buen artista marcial es una persona moderada e íntegra, capaz de controlar sus emociones y de estabilizarse en momentos críticos. Al igual que dominan un gran poder, también son conscientes de la responsabilidad que ello supone.
No se dejan dominar por la ira y entienden que en el control está la quintaesencia del arte.
13.- Proximidad
A lo largo de los años todos los países del planeta han comprendido el poder de las artes marciales, por lo que los distintos estilos se han extendido por todo el mundo cruzando todas las fronteras y rivalidades internacionales. Las artes marciales son inherentes y producto de la raza humana, y consiguen que los seres humanos se eleven sobre ellos mismos, practicándose sin tener en cuenta ningún otro principio político que no sea el desarrollo personal y la pura práctica.
- Shihan Iván Pérez Robles dirigiendo un seminario para menores refugiados en el Centro de MENAS de las Naciones Unidas en Ginebra
Muchos organismos oficiales como la Naciones Unidas, muchos gobiernos de todo el planeta, además de entes internacionales deportivos como el Comité Olímpico Internacional, reconocen las artes marciales como un método educativo sublime.
Directiva de WIBK durante una rueda de prensa en el Centro Olímpico de Barbados
En la actualidad existen cátedras en prestigiosas universidades, maestrías universitarias y enseñanzas ampliamente reconocidas.
Por supuesto todos los ejércitos y cuerpos de seguridad del mundo utilizan una u otra disciplina marcial para formarse y son parte de la base de cualquier enseñanza humanista desde las academias griegas a los templos orientales, desde hace miles de años.
Es curioso que algo tan demostrado y contrastado a través de resultados satisfactorios durante milenios siga siendo un tema controvertido o cuestionado, pero claro… hay gente que sigue pensando que La Tierra es plana.
Nelson Mandela 8º dan de Kyokushin Karate, boxeador aficionado y Premio Novel de la Paz